Llegó el invierno, y con él el frío, que hace que la gente cierre sus ventanas y puertas. Permanecer encerrado en un ambiente de aire tranquilo puede ser muy perjudicial para su salud. Y ahí es donde un aire acondicionado puede marcar la diferencia.
Filtración del aire
El aire detenido y amortiguado en lugares cerrados, especialmente cuando hay mucha humedad, facilita el contagio de enfermedades, virus, bacterias y hongos entre las personas. La mayoría de los acondicionadores de aire tienen la función de filtrar el aire.
Cuidado con la humedad
Pero eso no es suficiente, también es necesario cuidar la humedad. En ambientes muy húmedos, los acondicionadores de aire ayudan a reducir la humedad relativa, que debería ser de alrededor del 35%. Sin embargo, hay lugares donde el invierno es muy seco, y entonces el aire acondicionado sólo agrava el problema de la humedad – en estos casos se recomienda que también use un humidificador de aire.
La limpieza es importante
En cualquier caso, el aire acondicionado debe ser revisado y limpiado regularmente. Los sistemas de aire acondicionado grandes tienen sus propias leyes y regulaciones para estos servicios, pero los aparatos más pequeños no, así que mucha gente se olvida de este cuidado.
Los filtros de aire acondicionado pueden acumular mucha suciedad, bacterias y hongos y propagarlos por el aire. Por lo tanto, se recomienda que el mantenimiento se realice cada dos meses en invierno y mensualmente en verano.
Mantener una temperatura agradable
También ayuda si las temperaturas de los aires acondicionados no son extremas. No es necesario operar el aire acondicionado en el modo más caliente o más frío. En verano se recomienda que la temperatura oscile entre 23ºC y 26ºC, y en invierno entre 20ºC y 22ºC. Incluso para no gastar demasiada energía.