Qué es el termostato
Los termostatos son dispositivos que controlan la temperatura en un determinado punto accionando un control eléctrico (todo o nada), que a veces puede ser conmutado, con el cual se realizará un control sobre un elemento de accionamiento eléctrico.
Existe una gran variedad de tipos de termostatos. En el funcionamiento de una máquina frigorífica podemos encontrar termostatos para controlar la temperatura de los fluidos con los que el refrigerante intercambia calor, bien sea en el evaporador o en el condensador, y controlar el funcionamiento de la máquina si la temperatura de estos fluidos sobrepasa o desciende ciertos valores.
Tipos de termostatos
Termostato de ambiente
Su misión es la de controlar la puesta en marcha y paro de algún elemento, para de esta forma, poder mantener las condiciones deseadas de temperatura en el interior del local o recinto que se desea climatizar.
Pueden ser de bimetal o bien montar un elemento sensible que normalmente está constituido por un fuelle y un bulbo, y que en su interior contiene una carga de fluido.
Cuando la temperatura del bulbo termostático se eleva, la presión existente dentro del elemento termostático hace extender o dilatar el fuelle, y por medio de unos elementos mecánicos de enlace provoca el cierre de los contactos del termostato a una determinada temperatura. Cuando la temperatura baja, de nuevo la reacción del bulbo termostático al contraerse provoca la apertura de los contactos.
Cualquiera que sea el tipo de termostato, el elemento sensible debe emplazarse siempre en la corriente de aire en movimiento (convección), cuidando que no sea influenciado por las corrientes de aire caliente que se originan al abrir la puerta de la cámara.
El bulbo no debe fijarse en ninguna de las paredes de la cámara y se debe evitar su instalación en la caída de aire frío del evaporador.
Termostato antihielo
Este tipo de termostato actúa como elemento de seguridad en los evaporadores enfriadores de líquidos, detectando la formación de hielo en la superficie del evaporador, ya que ello podría dañarlo, además de que cuando el evaporador se escarcha disminuye su capacidad frigorífica, puesto que el propio hielo actúa como aislante.
Termostato de desescarche
El termostato de desescarche controla la formación de hielo sobre la superficie de los evaporadores de aire con expansión directa, por ejemplo en las bombas de calor durante el funcionamiento en invierno, ya que actúa invirtiendo el ciclo de funcionamiento y con ello se consigue el desescarche de la batería exterior, inyectando al serpentín los gases calientes provenientes de la descarga del compresor.
Termostato para final de desescarche
Este tipo de termostato tiene por misión interrumpir la alimentación eléctrica de las resistencias de desescarche instaladas en el evaporador.
Encontraremos termostatos fijos que normalmente montan un bimetal en su interior y a través de una grapa especial está en contacto con uno de los tubos del evaporador, una vez finalizado el desescarche y a partir de cierta temperatura positiva, desconecta la alimentación eléctrica a las resistencias.
También encontraremos termostatos con bulbo y con temperatura final de desescarche regulable, asegurando de esta forma la eliminación del hielo al poder regular la temperatura final más adecuada según la posición del bulbo.
Algunos de estos termostatos incluyen un retardo para la puesta en marcha de los ventiladores del evaporador, ya que al final del desescarche se pondrá en marcha el compresor durante un tiempo, y a continuación, cuando el evaporador ya esté frío, pondrá en marcha los ventiladores, evitando de esta forma que el calor provocado por las resistencias durante el desescarche sea transmitido al ambiente de la cámara.
Termostatos para evaporadores
Este tipo de termostatos son los empleados en refrigeración doméstica y comercial, como botelleros, vitrinas expositoras, fabricadores de hielo, etc.
Llevan un bulbo que va fijado en un punto del evaporador, normalmente el último tramo, a efecto de poder asegurar una temperatura óptima en el interior del compartimento refrigerado.
En refrigeradores domésticos de un compartimento, el propio termostato monta en el mando de regulación un botón para efectuar los desescarches, el cual al accionarlo abrirá los contactos que alimentan al motor y no volverá a rearmarse hasta que en el evaporador no se alcance una temperatura aproximada de cinco grados positivos, asegurando de esta forma que no haya hielo en la
superficie del evaporador .
En refrigeradores domésticos de dos compartimentos y un solo motor, los desescarches en el compartimento conservador se realizan a través de una resistencia instalada en la parte trasera de la placa del evaporador, la cual entra en funcionamiento durante las paradas del compresor, conectada eléctricamente en serie con la bobina de trabajo del compresor.
Los desescarches en los compartimentos congeladores siempre tienen que ser manuales, desconectando la instalación de la corriente eléctrica, o bien situando el mando del termostato en la posición de paro.
Los refrigeradores domésticos del tipo “combi” se acostumbran a instalar un avisador (luz roja) que se enciende cuando la temperatura en el departamento congelador aumenta unos 6 ºC sobre la temperatura consignada en el termostato para el arranque.
Termostatos de dos escalones
Este tipo de termostato se encuentra habitualmente en instalaciones de aire acondicionado en las que se requiera un control automático en los ciclos de frío y de calor con una zona muerta intermedia.
Eléctricamente consta de un doble contacto conmutado para poder realizar las funciones, aunque también es aplicable como control de temperatura normal, utilizando para ello uno de los conmutadores para el funcionamiento de la instalación y el otro como seguridad.
Termostatos electrónicos
En los termostatos electrónicos el control de las temperaturas se realiza por medio de sondas que pueden ser de coeficiente térmico positivo (CPTC) o negativo (CNTC) instaladas en unos puntos concretos según su cometido.
Una de las principales características de estas sondas es que varían su resistencia en relación a la temperatura que detectan, mandando dicho valor a un módulo electrónico para que actúe en consecuencia. Normalmente los termostatos electrónicos integran más funciones y tienen más prestaciones que los termostatos mecánicos.
Podemos encontrar desde termostatos electrónicos con sólo una salida para el relé que alimenta al compresor, hasta tener varias salidas de relés para poder controlar, además, el principio y final de los desescarches, el retardo de los ventiladores, señales de alarma , temperaturas de consigna y ambiente interior, etc.
Los márgenes de regulación de temperaturas son muy ámplios, es normal encontrar márgenes de temperaturas comprendidas entre -60 y +90 °C con un error máximo de un 1%. Además, el diferencial permite ser regulado de 0,5 a 10 °C con mucha fiabilidad, factor muy importante para el buen funcionamiento de la instalación.
Regulación del termostato
Según el tipo de termostato, además de poder regular la temperatura de corte a través del mando principal, tendremos acceso a la regulación del diferencial que debe existir entre ésta temperatura y la de arranque.
La diferencia normal entre la apertura y cierre del circuito está entre 2 y 8 °C, siempre dependiendo de las necesidades y características de la instalación, aunque normalmente con un diferencial de 4 o 5 °C ya se le da el tiempo necesario para que se igualen las presiones de los circuitos de alta y de baja, obteniéndose a la vez un control de la temperatura correcto.
En refrigeradores que como sistema de arranque emplean un relé de intensidad sin condensador de arranque y la expansión se efectúe a través de tubo capilar, el termostato tendrá que tener un diferencial lo suficientemente amplio como para dejar que se lleve a cabo la igualación de presiones entre los circuitos de alta y baja durante el tiempo de parada, de lo contrario el protector térmico “Klixon” desconectará la alimentación eléctrica del motor debido al aumento de consumo provocado por la alta presión existente en el condensador que no le permitirá arrancar.
Si el sistema de arranque utilizado es una resistencia de coeficiente térmico positivo (PTC) el tiempo de parada no debe ser inferior a 5 minutos, ya que es el tiempo que necesita la resistencia para enfriarse antes de efectuar un nuevo arranque, de lo contrario también actuaría el protector térmico.
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