Aunque desgraciadamente no existe en el momento actual ninguna sustancia que pueda ser considerada como refrigerante ideal, se pasará, sin embargo, revista a las propiedades que deberán poseer una tal sustancia, a efectos de estudiar posteriormente la mejor o peor adaptación a la mismas de los distintos refrigerantes empleados usualmente. Estas propiedades son la siguientes.
Propiedades de un refrigerante ideal
Calor latente de vaporización. Debe ser elevado, a fin de disminuir lo más posible el caudal másico de refrigerante que ha de circular por la instalación, con la consiguiente reducción en el tamaño de la misma.
Presión reevaporación. La presión de vapor a la temperatura de evaporación no debe ser excesivamente baja. Si la presión en el evaporador disminuye por debajo de la atmosférica, se presentan problemas de estanquidad y deben instalarse dispositivos de purga de aire. La entrada de aire no sólo disminuye la eficiencia, sino que proporciona una aportación de humedad que favorece la corrosión del equipo y puede ocasionar el taponamiento de circuito por formación de cristales de hielo en algún punto del mismo.
Temperatura crítica. Debe ser elevada. Una temperatura crítica baja incrementa la presión de condensación y conlleva la necesidad utilizar grandes superficies de intercambio en el condensador.
Volumen especifico. El volumen especifico del vapor a la presión de evaporación debe ser reducido, a fin de disminuir el tamaño preciso en el compresor.
Temperatura de congelación. Debe ser lo suficiente baja como para que el refrigerante no pueda solidificarse durante el trabajo normal.
Conductividad térmica. Debe ser elevada, para que las superficies de intercambio precisa no sean grandes.
Resistencia dieléctrica del vapor. En las instalaciones que emplean compresores herméticos debe ser elevada y estar en contacto con los arrollamientos del motor.
Inactividad y estabilidad. El refrigerante debe ser inerte frete a los materiales que constituyen el sistema y el aceite de lubricación del compresor y debe ser estable en su constitución química.
Solubilidad con aceite. A ser posible, el refrigerante debe ser inmiscible con el aceite y en su defecto se prefiere que sea totalmente miscible. La miscibilidad parcial crea problemas de depósitos de aceite en el evaporador cuya solución requiere además del empleo de separador de aceite, velocidades altas en la línea de aspiración.
Solubilidad con agua. Cuando el agua entra en contacto con el refrigerante puede formar una disolución lo que permanece como agua libre. El agua libre es la que causa el taponamiento por congelación de la válvulas de expansión y evaporadores. Por estas razones resulta particularmente importante el mantener seco un sistema de refrigeración, para lo que suelen emplear filtros deshidratadores a base de sílica gel, de aluminio activada o de tamices moleculares.
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